Felix Flores Santis - LA SEGURIDAD UN BIEN PÚBLICO Y UN DERECHO COLECTIVO
Felix Flores Santis, Asesor en seguridad Integral, comenta un estudio de Flacso, que la seguridad es una condición para la paz y el orden necesario para el libre ejercicio de los derechos individuales y colectivos, y para el desarrollo. El Estado de derecho tiene como obligación primordial velar por el respeto a la dignidad humana, los derechos esenciales de la persona y desplegar todas las acciones destinadas al resguardo y mantenimiento del orden y la seguridad pública en el marco de la Constitución, las leyes y los tratados internacionales.
En este punto, adquieren una especial relevancia los compromisos internacionales asumidos en materia de derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Por otra parte, la seguridad es un bien público y un derecho colectivo. Esto significa que todos deben beneficiarse, sin distinción, de una situación de seguridad garantizada por el Estado; cuando la seguridad pasa a ser un bien disponible en el mercado, termina convirtiéndose en un nuevo factor de desigualdad en la sociedad.
La concepción democrática de seguridad ciudadana tiene una dimensión de civismo y solidaridad que determinan este carácter de bien colectivo; de esta manera, la seguridad debe ser comprendida como una tarea de todos, en tanto somos parte de una misma comunidad reunida en torno a un proyecto común. Esta concepción supone, además, que entendemos la violencia como un fenómeno social, relacionado directamente con la estructura social y la cultura en cuanto sistema de valores. Las políticas de tipo seguritario que se centran en la promoción de medidas de autoprotección carecen de esta dimensión solidaria (Arias, 2001).
Dicha dimensión solidaria se ve mermada hoy en día por la creciente demanda de seguridad dirigida al Estado, pues sus instituciones
son incapaces de dar respuestas adecuadas y oportunas a las múltiples exigencias de los distintos sectores de la sociedad, ante lo cual las personas y entidades privadas -y también públicas- invierten en su propia seguridad, contratando guardias y tecnología para el resguardo de barrios, condominios cerrados, empresas, residencias particulares, personas y bienes. Así, tanto el acceso a la seguridad privada como su calidad, quedan entregadas a las reglas del mercado.
En este contexto, a su vez, los gobiernos son constantemente interpelados, cuestionándose su capacidad para producir y mantener niveles de seguridad pública deseables y para administrar eficientemente los recursos y las instituciones destinadas a proteger y proveer seguridad a las personas; cuestionamientos que apuntan directamente a la capacidad de las autoridades políticas para hacer un buen gobierno. Es, precisamente, el sentimiento de temor asociado a la violencia y la delincuencia lo que ha propiciado y justificado la expansión de la seguridad privada en la Región Latinoamericana, señala Felix Flores Santis.
LA SEGURIDAD ES UN BIEN PUBLICO QUE EL ESTADO DEBE GARANTIZAR POR IGUAL A TODA LA CIUDADANIA.
PARA ELLO ES NECESARIA UNA VISION Y UN ABORDAJE SISTEMICO E INTEGRAL DESDE UNA CONCEPCION DE ESTADO Y EN LA QUE ESTE INTEGRADA LA SEGURIDAD CIUDADANA.
EL RAPIDO Y CONSTANTE CRECIMIENTO DE LA INDUSTRIA DE LA SEGURIDAD PRIVADA , MAYOR QUE EL DE LA SEGURIDAD PUBLICA EN MUCHOS PAISES, NO DEBE IMPEDIR AL ESTADO ASUMIR SU FUNCION Y SU ROL DE EJERCER SU REGULACION, CONTROL Y SUPERVISION.
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